Ser un fuera de serie
Ser un fuera de serie era ser alguien muy guay cuando era pequeña, era ser capaz de hacer algo distinto, de abrir una nuez sólo con las manos, o llegar el primero cuesta abajo con la bici.
Los proyectos que quiero enseñarte hoy son de unos fuera de serie; de unos artesano-innovadores que se pararon a pensar cuál era la parte más dura de la mano para romper la cáscara de la nuez, cómo conseguir que la bici fuese más ligera, o cómo construir asientos con lo que otros llaman basura. Y pensando pensando, y repensando repensando, construyeron lo que sería "Fuera de serie", una exposición centrada en proyectos en los que se tienden puentes entre artesanía y diseño con el objetivo de relanzar procesos que están viviendo un mal momento o tienen la tendencia a desaparecer. En otras palabras, propone volver a pensar las cosas mirándolas con otros ojos. Y con esos ojos, los que tenía cuando era pequeña y admiraba a mis fuera-de-serie favoritos, me paseé por esta exposición y descubrí todas estas cosas excepcionales.
Y me encontré con el reciclaje empelado en Taburete 300, asientos realizados con material de desecho recogido en la calle (amplía información aquí).
Y con las ruedas transNeomatic, convertidas en bandejas (y que dedico especialmente a mi inventor-restaurador favorito, J).
O este regalo para los ojos que no quieren que se acabe el verano, porcelana de colores de los diseñadores holandeses Scholten y Baijings.
Y una placer para el tacto y el olfato, las cestas-máscaras creadas en el proyecto Toca para poder acariciar y oler la rafia.
Y más texturas en las alfombras asimétricas que dan ganas de perseguir, acuñadas bajo el nombre de Balance.
Y por ultimo, he dejado para el final mi debilidad: historias, diseño y utilidad en el mismo objeto. The Story Vases, que convierten la tradición zulú de transmisión oral (sí, sí, esa misma que la de nuestros abuelos) en algo físico y etéreo al mismo tiempo.
Un pequeño montón de cosas que el diseño puede cambiar y convertir en fuera de serie, para salir de este circuito infinito de producciones sin alma en el que vivimos. La clave siempre es cambiarse las gafas de ver por otras de mirar.
Y para terminar, quiero darle las gracias a C, por avisarme de esta pequeña joya-exposición.
Si quieres leer más acerca de este proyecto, te recomiendo echar un vistazo en este link.
Me encanta esta entrada, sobre todo la primera parte (a mi es que la madera me pierde),donde los muebles están hechos con piezas de diferentes orígenes. ¡Me chiflan!
ResponderEliminarGracias por mostrarlo.
Un besito Be
gracias por pasarte por aquí, Clara. a mi también me encanta la madera, pero también todo lo que tenga textura, como la rafia, que además, huele a campo ;)
EliminarEstoy contigo en todo, hay que aprovechar todos los restos de las maderas y otras cosas que valgan para hacer cosas tan originales como las que nos enseñas. Yo en casa no tiro ningún trocito de madera que lo mismo que a Clara, soy una enamorada de la madera. Siempre se pueden crear cosas a base de restos y salen objetos de lo más variados.
ResponderEliminarTiene que estar muy chula la exposición que nos muestras.
Besitos guapa
Sabes que me gusta mucho tu blog así que quiero darte un regalo que está en mi blog, cuando quieras puedes pasarte a recogerlo.
EliminarBesos
gracias Beatriz por ser mi asidua compañera en estos paseos por la casa. y mil gracias por mi premio. me pongo más contenta que unas castañuelas cuando te veo llegar desde la ventana :)
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